Jueves a la noche, solo a un día de llegar a la antesala del fin de semana. No obstante esto no fue pretexto para que la gente no se anime a salir, para minutos antes de ingresar al día viernes, Andando Descalzo se suba al escenario de Circus –quizás el lugar que más de local lo haga jugar- para brindar un poco de su música y arrancar a pleno con Arremangado, seguido del segundo corte comercial de su último disco “Hasta encontrar”, Continuar, que contó con la presencia de Darío Varela (trombón) y Salvador Rodofili (saxo) de Pampa Yakuza quienes también se quedaron para una gran versión de Pasó y se fue, donde el público fue gran protagonista.
Una de las excusas de la noche era la presentación de temas nuevos: Al revés, un interesante cuarteto-rock. “Yo mañana laburo…” coreaba la gente en la ya clásica chicana que se arma entre los de abajo y el cantante, previo Veo Música que trajo consigo un aire reggae que bajó un poco las revoluciones del público.
Otro pampa a escena: Ricardo Janhi a tocar el bajo -para cubrir ese puesto que quedó vacante tras la salida de Emiliano de la Encarnación de la banda- en la seguidilla más arriba de la lista de temas: Un mundo –puro agite entre la gente-, Andar, el cuarteto Mi golosina y No más, siendo siempre un claro recuerdo para los siete cruentos años de dictadura militar.
Naufrago, otro tema nuevo para arrancar un nuevo bloque que tuvo a La Luces e Ilógico como abanderadas. Pablo “Bocha” Otero tuvo tiempo para destacarse, improvisando mientras sonaba Volveré, junto con Maxi Suppa en la percusión que se divertía a la par de sus compañeros. Luego de bailar, el escenario quedó solo con Rodríguez y Otero quienes hicieron una brillante versión de No es casual, a solo teclado y voz, que se erigió como uno de los momentos musicales más altos de la noche.
El concierto estaba ingresando en su tramo final: Pantuflas hizo saltar a la gente, como así también comenzaron los insultos hacia arriba del escenario. “Me parece que ustedes están cansados, así no va más” increpaba al público el cantante en el momento en que cierra el telón negro dejando a la gente sin nadie delante. No obstante, se abrió y produjo un descontrol en el pogo abajo del escenario cuando Ariel Paladino hacía sonar fervientemente su guitarra. El cierre iba a ser a pleno baile: La luna, Flor (con el ya común desfile de chicas bailando arriba del escenario) y Luz. Ya no quedaba más tiempo, las gargantas estaba pidiendo descanso y el calor sofocante de Circus era ya insoportable; pero quedaba tiempo para una más: Marinero, que le hizo sentir a toda La Matanza que no parecía jueves a la noche y que Andando Descalzo pisa fuerte en zona oeste.